Fénix.
«Hija de un soplo de verano,
corrías como si todo fuera fácil,
vibrabas como si nada mas importara.
Tan libre, tan pura.
Tan llena de esa vida, de ese ansia que se te escapa de las manos.
Tu, la dulce niña de los ojos avellana,
correteando, jugando, saltando, tu.
Tan libre y hermosa.
Hacias sonreír con tu sola presencia.
Felicidad desbordante, en esencia.
Y mírate ahora, perdida,
rota, muerta.
Sin rumbo.
Con esa sonrisa desvalida.
Con ese corazón truncado de sueños rotos.
Tu, tan preciosa que eras estas consumida,
el tiempo te envuelven en una lenta muerte,
que no te deja libre.
Una prisión que creas a tu alrededor ahogándote
entre los barrotes de tu propia condena.
Porque no hay nada peor que la condena propia,
no hay nada peor que la culpa,
que la tortura a la que sometes tu alma.
Tu, que eras esa flor de verano,
Tu, que eras el libre viento,
tu que eras felicidad
te ahogas en un mar de lamentos,
rogando por espíritus vacíos de la nada,
por algo que nunca regresara, que no te merece.
Que abandono cobarde su lugar, en vez de protegerte.
Tu, que eras la luz que brillaba,
ese torrente de vida y fuerza,
ahora estas muerta en vida,
sin nada ni nadie que pueda salvar ese alma perdida
porque solo tu puedes volver ha alzar el vuelo,
fénix, renaciendo de las cenizas de algo muerto.
Ya no hay vuelta atrás, ya no hay mas pasos en falso,
hay que coger aire y volver a volar,
mas fuerte, mas hermosa, mas libre, mas feliz
pero ante todo mas tu.»
Ailey.
01 de Agosto del 2014